Cómplice, acolitadora, entusiasta… esa es
mi madre!
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bella disfrutando de la naturaleza y le encanta ese arbol |
La madre de risa cascabelera, con la que crecí,
a veces chacharera y siempre segura de que lo mejor estaba por venir a veces se
deja, caer, su entusiasmo ya no chisporrotea estrellitas como un chispeador en
Navidad.
Sus carcajadas cascabeleras se han convertido
en semi sonrisas y a veces, muy pocas veces risas de un solo cascabel.
Madre mía, te amé, te amo y te amaré, te
abrazo con todas mis fuerzas pero delicadamente porque tu cuerpo ya no quiere
esos apretujones tan fuertes que con el ímpetu de la juventud te solía dar.
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Cuando todavia se podia viajar en tren por NY sin preocupaciones |
Pero a veces también, recuperas tu
centro y no te dejas abatir por la nostalgia y vez el pasado y los seres que ya
no están físicamente, como un bonito recuerdo de la historia que vivimos.
Le pido a Dios que te siga dando salud y
la energía vital para que cada vez sean más los momentos de “feliz nostalgia” y
“no tristeza del pasado”.
Cada uno tiene su vida, su mundo, talvez
nos dejamos envolver en ella y te dejamos en solitario con tus recuerdos y
nostalgia por compañía.
La “pandemia” nos está haciendo
reflexionar y poniendo en balanza realmente lo importante de la vida.
El distanciamiento físico, nos está
golpeando fuerte y está dejando huellas en el alma, depende de nosotros cumplir
con nuestro pacto de amor y no dejar que la pandemia nos separe.
Madre, no me imagino mi vida con otra
madre que no hubieses sido tú, como dije al principio, cómplice, acolitadora,
entusiasta, alegre, positiva ¡esa es la madre con la que crecí, esa es la madre
de mis recuerdos!
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De nuestra vida en Plyas |
También, una señora que ponía entusiasmo
a todo lo que hacía, cuando cocinaba, creativa, elegante e innovadora,
¡Platillos de lujo
Cuando diseñaba cinturones, zapatillas, camisetas,
vestidos, moderna y única.
Cuando creaba arreglos de mesa, con
flores, candelabros, lámparas, bases para lámparas, pantallas para lámparas,
mezclando colores y texturas que nos dejaban fascinados, (Lamentablemente
muchas veces los carpinteros, soldadores, reparadores de mueble, joyeros,
talabarteros, en fin…. Infinidad de artesanos a los que tenías que acudir por
no tener las herramientas, muchas veces no captaban tu chispa y tenías que
dibujar y volver a dibujar y muchas veces estar con ellos allí haciendo el
trabajo para que vean que si se podía hacer lo que ellos no creían posible.)
La única de las tías que no se baja de los
tacones ni para cocinar, a lo que abuelita exclamaba ¡Donde se ha visto que una
cocina entacada ¡Pues, si… esa es mi madre, cuidando su apariencia física hasta
para cocinar, es que con esos platos que llevaba a la mesa tan hermosamente
decorados, la comida puesta en la forma perfecta para que la comida entre por
la vista; ese balance entre olores, sabores, consistencia, temperatura y colores Ahh! y esa sonrisa orgullosa y
satisfecha detrás de cada platillo y elogio de mi padre.
También recuerdo la época de los videos de
“En forma con Jane Fonda”, época en la que con determinación y templanza
dedicabas tiempo al ejercicio físico y te sentías tan orgullosa de esos brazos
y piernas tan firmes, de la flexibilidad para hacer abdominales y tocar la
punta de los pies con las palmas de las manos.
Recuérdalo madre, esa también eres tú!
Madre multifacética, única, creativa,
amorosa, la tía vanidosa y guapa admirada y querida por las sobrinas.
Esa es la madre con la que crecí, esa es mi
madre la mujer que me enseñó junto a mi padre los valores de la vida. El ser,
sobre el tener.
Gracias por tu amor y enseñanzas; ahora
solo te pido a ti, que no dejes caer tu valor ante tus ojos, tu amor y respeto.
Conserva tu entusiasmo y fe por favor. Cada día le pido a Dios que te
cuide, que te de salud física y siga cuidando de tu mente y el deseo de seguir
aprendido a manejar los aparatos electrónicos y aprender el inglés que no
decaigas en tu deseo que practicarlo día a día. Y que te sigas sorprendiendo a
ti mismo de tus logros, de tu fortaleza para adaptarte a otro sistema de vida, a inviernos de frío y nieve.
Te escribo estas palabras, es una descripción
rápida de lo que fue crecer contigo, solamente para que nunca olvides de que
nunca dejes apagar esa llama que arde dentro de ti.
Entusiasta para todo, cuando reía, reía,
cuando retaba, retaba, cuando diseñaba, creaba pero sobre todo ¡Cuando ama, ama!
¡Gracias mamá linda, te amo¡
Sabes soy una adulta, ya de bastantes
años, soy más fuerte que tú, más alta que tú, pero cuando estoy contigo, en tu
abrazo siento que eres mi mamá, mi refugio, mi fortaleza y mi respaldo.
María Elena
Maggy