Regresé a Playas y he regresado
fascinada!
Ese amor que sentía por ese
balneario sigue allí, intacto, bueno…. Ahora con una mezcla de nostalgia por
tantos recuerdos de infancia.
Pero al llegar “al Pelao”, subir
por las rocas, recibir las olas….esperar que se estrellen en la roca y me
empapen de agua de mar, es una sensación indescriptible, la misma alegría de
cuando era una chiquilla que creía que siempre la playa iba estar allí, para mí
en un viaje de una hora…
Esa arena mojada tan negra bajo
mis pies, que da la impresión de que vas caminando sobre cemento, pero te hace
volver a la realidad cuando empiezas a dar brinquitos por lo caliente que esta
la arena seca.
Hay tanta extensión de playa
para caminar que quisieras que nunca se acabe, que nunca te canses, que el
tiempo no termine y que puedas seguir hasta el final.
El pueblo en sí, no ha
progresado mucho, sus calles necesitan pavimento, y el pueblo necesita
mejoras, donde estaba mi querido hotel Humboldt estos 3 edificios de apartamentos,
La Pinta, la Niña y la Santa María.
En cuanto a la comida, hay todos
estos puestitos de comida que te venden ceviches, mariscos y pescado, yo comí
en el “Puneñito” probé el ceviche de ostiones y el de concha, riquísimos
los dos.
Pero la mejor de todas las
comidas que tuve en playas fue en un kiosco en la arena, bajo un techo de
palmas secas, mirando al mar, la brisa del mar me despeinaba, el olor y el
sonido del mar fueron el marco perfecto para mi pescado frito completito, con cabeza y cola! acompanado de arroz blanco, patacones
y una tropical.
Trasporte? la gente usa mucho el
servicio de “moto taxi”, lo cual llamo mi atención, no sabía que este medio de
transporte se utilizaba aquí, yo lo vi. por primera vez en Tailandia y le
llamaban el tuk-tuk.; bueno estas motitos tienen cundida playas y los vez
todo el día y la noche pueblo arriba, pueblo abajo transportando gente dentro
del área del pueblo.
Rumbo a playas quise ver un
castillo que veía en mi infancia, pero ni siquiera tenía idea de a qué
altura de la carretera era, así que ese castillo solo vivirá en mi recuerdo no
sé si existe ni de quien era.
La carretera está en excelentes
condiciones, Playas es un paseo que recomiendo, si te gusta el tumulto y el
bullicio y los conglomerados de gente no son un problema para ti, playas te
ofrece esto, pero si como yo prefieres un sitio retirado, donde solo estemos
“cuatro gatos” te vas un poquito más allá como camino a Posorja y Playas te
da la soledad que quieres.
Tuve la oportunidad de pasear
por la playa en la noche, fue una sensación tan linda, había un concierto de
rock, que se puede pedir…. una noche clara, el sonido del mar, la oscuridad de
la noche, la brisa y el olor del mar, levantar la vista y ver las
estrellas y como fondo musical rock; una noche, casi perfecta! en General
Villamil Playas.
Maggy
María Elena
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