Es su mes y Julio el mes de los Guayaquileños, banderas por todos lados,
se siente el patriotismo y el amor a la ciudad como que se te desborda del
pecho y se te derrama por los poros.
Cosas lindas y dignas de ser
recordadas y añoradas, su gente, el guayaquileño es calido como su clima,
amigable, siempre dispuesto a pasarla bien y hacerte sentir bien.
Recuerdo los lagarteros, como añoro una serenata de lagarteros, que es
eso? Son músicos callejeros esperando a ser contratados y van a cantar su amor
a la madre en su día, a la enamorada en el día de los enamorados o para
reconquistar su amor.
Nuestro orgullo, el barrio las Peñas, el cerro Santa Ana, el cerro del
Carmen, como nos encantaba de pequeños
que nos lleven allá arriba donde quedaba canal 2 y ver la ciudad desde lo alto.
Nuestro bello malecón al pie del río Guayas, es un largo paseo muy
divertido atravesando muchas calles hasta llegar al barrio las Peñas, el más
antiguo de Guayaquil.
El jabalí de bronce donde jugaba de niña, que ha estado en el malecón,
por siempre!
La biblioteca, los museos, la iglesia de San Francisco, la Catedral, los
parques Centenario y Seminario, mis favoritos.
El Malecón del Salado, el malecón 1800 que es una re-creación de cómo
era la ciudad por esos años, conservando flora y fauna y la maravillosa
restauración de la “casa rosada” una linda y antigua casa que fue removida
del centro de la ciudad y ahora esta preservada, como debe ser.
La heladería Las Palmas, donde iba mi padre a encontrarse con sus amigos
a tomar un café, donde nos llevaban a tomar helado, recuerdo tan bien en unas
copitas de hierro y lo que más me gustaba de allí eran los “borrachitos” unos
pastelitos en forma de conitos embebidos en cierto tipo de almíbar.
Recuerdo “el Tonel” que fue mi sitio favorito de comer yogur con pan de
yuca, luego le pusieron la competencia al cruzar la calle, el yogur persa. Después el yogur persa se convirtió en ni
favorito, ahora hay el Naturismo y está muy bueno, pero prefiero el persa.
Recuerdo el “Muelle 5”, quedaba en el malecón, antes que lo remodelen,
me gustaba allí sentarme a mirar el río, caer la tarde y luego la noche,
tomando cerveza conversando con amigos.
Allí mismo en el malecón quedaba la peña “Rincón Folklórico”, cuantas
veces canté el negro José a todo pulmón y aplaudía a reventar los grupos folklóricos
que allí se presentaban.
En mi época de adolescente, el sitio favorito de reunión con amigos a
tomar halado era “el Agostino”, después de una investigación en la biblioteca
al Agostino íbamos a parar.
Ahora, que estoy lejos de mi ciudad la extraño y como me gustaría
recorrerla y estar familiarizada con todos aquellos sectores de reconstrucción histórica
que hay, zoológicos,
Parques ecológicos y manglares por diferentes partes fuera y dentro de
la ciudad.
Son tantas cosas que recuerdo de mi querida ciudad, ah!! Una caminata
por el policentro, el primer centro comercial de Guayaquil, con ese olor tan típico
de el, creo que era el químico del agua de la fuente, un olor tan característico!
Cangrejos en aquella época para mi era el “Parador Rustico”, cangrejos,
cerveza amigos, en aquella época, la gente de TAME.
Discotecas, la reina de las discos “La Infinity”, para mi no existirá
otra discoteca mas linda que esa, luego vino “el Jardín”, “Sophy”, pero no….no
hubo como “ la Infinity”, si que baile, baile y baile!
Los sánduche del chino, pizza Hut
Vueltas por la Víctor Emilio Estrada y finalmente una botella en
"cocktelitos" y ya…. Se armó la fiesta.
Recuerdos que atesoro de momentos vividos en mi linda ciudad.
¡GUAYAQUIL FELIZ DIA DE FUNDACION!
Maggy
María Elena Orellana
Guayaquileña, madera de guerrero. (Como dice la canción)