Un besito a la llama en el salar de Uyuni |
Ya habíamos llegado a
Bolivia, y vivido la emoción de ver el lago Titicaca, ese lago tan conocido en
los libros de la escuela….
Finalmente lo
había visto, fue muy impresionante la entrada a Bolivia y verlo…. “Un océano en
la montaña”, como dicen ellos, (los bolivianos) muy orgullosos de su lago.
Bueno… viajamos toda la
noche en bus desde La Paz a Uyuni, fueron aproximadamente 10 horas en bus, un
poco incómodos, se reclinan bastante, tipo cama, pero un poco incómodo en la
parte de las piernas, tienen servicio de cena y desayuno.
Al llegar por la mañana, nos
estaba esperando alguien de la agencia de viajes, fuimos a desayunar, a
“Jardines de Uyuni” lo mejorcito del barrio, es tipo buffet, excelente
servicio, el sitio muy bonito, lo recomiendo para quien este en Uyuni y además
tiene wifi gratis!
Luego, fuimos a la agencia a
esperar por el guía-chofer y transporte que nos llevaría al tan esperado
“salar”.
Llego nuestro carro, para
este viaje tienes que llevar solo lo más necesario que vayas a utilizar en
estos 3 días que dura la visita al salar, pues estaremos viajando por el
desierto cargados de nuestros alimentos, agua y mochilas en el techo del carro,
los únicos que tienen la capacidad de correr por esas planicies son los 4x4 y
vamos 6 "turistas” por carro. Una
pareja, el francés, ella española, Daniela (una chica argentina, que planea
recorrer Sudamérica por dos años en una gira gastronómica, para luego regresar
y poner su propio sito en “Neuquén”) Alonso, Matt y yo.
Nuestro transporte durante 3
días.
Empezamos nuestra aventura….
Primera parada el “cementerio de trenes”.
Seguimos nuestro recorrido, no
toilettes por algunas horas, (un poco restringida la toma de agua).
Finalmente llegamos a esas grandes planicies de sal, con unas formas octagonales juntas entre sí por unas “costuras de sal”.
Finalmente llegamos a esas grandes planicies de sal, con unas formas octagonales juntas entre sí por unas “costuras de sal”.
Una planicie blanca que la
vista no alcanza a mirar… nos bajamos muy emocionados y empezamos nuestra
caminata y sesión de fotos, el único inconveniente… viento y frio, una mezcla
de placer y tortura… yo tenía 6 capas de ropa y así estaba que tiritaba, no
pudimos tener el efecto de espejo para las fotos, solo se da en época de lluvia
y esta temporada es seca por allí.
Nuestro guía nos llamó para
la comida, en un albergue donde paramos todos los “turistas” para comer, usar
los baños, por 2 bolivianos, descansar y estirar las piernas.
El albergue, fue en una
época un hotel de sal, pero debido a la falta de infraestructura, quedo solo
como albergue de paso. Su estructura es de bloques de sal juntos entre sí con
sal petrificada.
Nuestra comida estos días
era mayormente quínoa con algún tipo
de proteína, todo estuvo muy bien,
teniendo en cuenta lo básico del desierto, inmensa planicie totalmente desierta
a no ser de nosotros “los visitantes”… deja volar tu imaginación para muchas
cosas que pueden pasar allí en esas tierras donde por horas solo van el carro
donde vas tú.
Allí perdimos a la pareja
francés-española, desafortunadamente él se sentía muy mal y no paraba de
vomitar durante el almuerzo (si… durante el almuerzo, allí en nuestra mesa)
hubo que esperar que venga un carro a recogerlos y llevarlos de regreso al
pueblo. Después nos enteramos que el mejoro e iban a volver a intentar llegar al
“salar”.
Quedamos 4 en el recorrido de allí en adelante y la verdad, fuimos un buen grupo.
Quedamos 4 en el recorrido de allí en adelante y la verdad, fuimos un buen grupo.
Esta blanca extensión
se presta para jugar y dejar volar la
imaginación con las fotos para distancia y perspectiva. Cada uno de nosotros
queríamos lucirnos como fotógrafos, fue muy divertido a pesar del frio y viento.
Primera noche en el Salar de
Uyuni, fría, alojamiento muy básico.
Demasiado frio para tomar un baño, no hay
calefacción, no hay agua caliente, cabañitas individuales de adobe y paja.
En esa ocuridad caminamos del comedor a la cabana, dormitorio, nos tomo tanto trabajao dar con la cerradura! |
Nunca antes vi una noche mas oscura, que esa noche en el desierto y nunca antes vi tantas estrellas. No pude tomar fotos, la camara se quedo sin baterias.
Parece un ejercito, son corales fosificados, fue un lago en una era. |
Muy temprano en la mañana
salimos a seguir recorriendo el salar, esta vez visitamos “laguna colorada”
donde habitan flamingos, linda vista, pero un fuerte olor a azufre.
El camino levantaba una nube
de polvo que a veces se nos metía en el carro y era un poco asfixiante,
igualmente…. Solo nuestro carro en esos caminos desolados, parada para usar
como baño… la naturaleza.
Otra parada fue laguna
verde, y otra fue laguna “Hedionda” su nombre no necesita explicación, pero
paisajes que te dejan sin aliento!
Segunda noche en “el salar
de Uyuni”, igualmente después de haber estado todo el día recorriendo el
desierto, llegamos agotados, este albergue fue mucho más básico, en el medio de
la nada, una construcción de bloques de cemento, entrabas y había un comedor
con 4 mesas de 6 sillas cada una para que cada grupo se siente junto a comer.
Seguías por un corredor con
puertas que llevaban a las habitaciones donde había 6 camas, para que cada
grupo duerma junto.
Esta noche fue más fría que
la anterior, el albergue más frio y más básico, no calefacción, no agua
caliente o pagas pero caminas una milla en un sitio donde te venden agua
caliente… olvídalo… segundo día sin bañarnos.
Dormimos con los abrigos
puestos y sobre las camas hechas de bloques de cemento con colchonetas encima,
pusimos nuestros sleeping bags, pero ni así…. Nunca en mi vida había soportado
tanto frio… ya quería que amaneciera para poder subirme al carro con calefacción.
Esa noche si pensé por que no escogí un resort de esos en el Caribe, que tienen todo incluido?
Esa noche si pensé por que no escogí un resort de esos en el Caribe, que tienen todo incluido?
Salimos a las 4:45 de la
mañana para poder llegar a los “Geiser” antes de la salida del sol.
Llegamos al cráter del
volcán 5,300 metros, caminaba despacio…
a tanta altura no quería sentirme mal.
Y además teníamos que
caminar con mucho cuidado por los vapores, que salen del volcán, no se veía, en
la oscuridad de la manana y podíamos resbalar y caer en la “magma”
Seguimos recorriendo por el
desierto, encontramos el árbol de piedra.
El valle de Dalí, en Bolivia
Naturaleza en todo su esplendor… animalitos del desierto.
si para ver esta belleza, tuve que pasar esa
“noche oscura” sin pensarlo dos veces lo volvería a hacer.
María Elena Orellana
Maggy