Thursday, December 31, 2020

31 de diciembre o Adios 2020

 


Hoy es el ultimo día  del año 2020, el año de la pandemia, todo el mundo se puso al revés todo se cambio, lo establecido se desestabilizo y en casos hasta desapareció, crisis de salud, crisis económica, crisis mundial, crisis de pareja, crisis personal, el mundo en estado crítico.

(Estamos a pocas horas que se termine...termina el año, no la pandemia!)

Yo, antes de la crisis ya tenia mi “círculo  social” bastante reducido, ahora con la pandemia, ese círculo  se ha reducido mucho más  y eso me dio la confirmación de lo que ya sabia, de lo que pretendía  no ver; realmente los amigos a quien le importo de verdad, se cuentan con los dedos de una mano.

Y está bien, cada uno debe ser importante en su núcleo  familiar, así  se terminaron “compromisos por compromiso”

La pandemia puso a cada quien en su sitio, el valor real a cada cosa. 

Yo, doy gracias a Dios, infinitas gracias que mi familia, mi círculo, mi sangre está  bien, y estamos unidos a pesar de la distancia.

Abro mis ojos y agradezco ese regalo de la vida que cada día  viene en un paquete diferente.

Un año  que nos ha hecho pensar, sentir, volver a pensar y evaluarlo todo, replantearse la vida y sus cosas importantes y hasta las cosas sin importancia en las que ya no hay que perder el tiempo; el tiempo es oro y que bueno es disfrutarlo con esas pequeñas cosas que si son tan importantes para alimentar el espíritu y aligerar la carga.

Cada vez disfruto más el bosque, la naturaleza, el aire libre, mirar las nubes y el mar.

Deseo que este año que comienza, sea de salud, alegrías y coherencia para todos, siendo coherentes, el corazón, la mente y el cuerpo van en la misma dirección.

Feliz año  nuevo, familia y amigos de mi corazón

2021 el año de la Esperanza.

 

Maria Elena Orellana - Elenita

 

 

Saturday, December 12, 2020

Un año diferente

Pues seguimos en este año, tan diferente a lo que he conocido... es un año en el que la pandemia ha azotado todo el mundo. 

Es un año en que hemos tenido que permanecer en casa, en solitario, en compañía, mirar a través de los cristales de la ventana, a veces veíamos claro y otras veces el cristal muy empañado,  vimos televisión, mucha televisión, vimos pantallas… muchas pantallas…de teléfono, de tablet , de tv, también nos miramos al espejo y vimos nuestros ojos, nuestra cara, pero también tuvimos espacio y tiempo para mirar lo más oscuro que habita dentro de nosotros, para asustarnos con lo que vimos, tuvimos tiempo de sentir nuestro miedo, de convivir con él, de no acallarlo, tuvimos tiempo de  ver la sombra que habita en nuestro interior.

A veces salíamos, con la boca y la nariz tapadas, unos tuvieron patio, terraza, balcones, jardines, otros vivimos recluidos en un departamento pequeñito, otros la pasaron en un hospital… tuvieron su últimos días en un hospital, en solitario… otros tuvieron que quedarse fuera de casa y otros tuvieron que quedarse en casa, conociéndose con los desconocidos miembros de su familia.

Para otros, fue tiempo familiar y pasar más tiempo junto y ensayar nuevas maneras de entretenerse, ser creativos con los hobbies, con la cocina, con el horno, con los dibujos, con las manualidades, con la escritura, con pintar, con el crochet.

Hubo dos caras tan distintas de vivir el confinamiento de  la pandemia, para unos fue confinamiento, para otros… liberación… se recrearon, reinventaron (como se usa ahora) y hasta crearon un huerto, se popularizaron los “huertos urbanos”; el comer de  tu huerto.

También hubo un momento en el que dijimos ya basta!! Queremos nuestra vida de regreso, nuestra rutina de regreso. Otros nos alegramos de haber salido de esa rutina y cambiarla por una diferente, por trabajar desde casa.

Otros nos clavamos al sofá y a Netflix y nos vimos serie, tras serie, tras serie (back to back) para olvidarnos del mundo y sus noticias y sobretodo olvidarnos de nosotros mismos y nuestra realidad, vivir la fantasía de las series, el mundo de las películas. La la land!

Bueno... cada  uno vivió la pandemia, como le tocó vivirla. Como su mente y su cuerpo lo protegió del peligro. (Hablo en pasado porque me  refiero al  primer confinamiento. La pandemia sigue,  estamos en la segunda ola)


Es diciembre y hemos retomado nuestras vidas, de una manera diferente, con más precaución, con temor, con desconfianza, con distanciamiento social y con distanciamiento familiar. Si nos queremos, nos alejamos, para protegernos los unos de los otros. Así dicta en “new normal” y la conciencia.

Hemos aprendido a crear una nueva tabla de valores, ahora si le damos prioridad a lo que pensábamos  que siempre iba a estar allí. Hemos aprendido a re-valorar la familia, los amigos y la gente que bien nos quiere y a quien queremos.

Un pensamiento… un sentimiento

 

Maria Elena Orellana