Que bueno que está el clima, hoy
decidí caminar a casa desde el trabajo.
Me conecto a los audífonos y rumbo
a casita, al menos, media hora de caminata diaria para acallar mi conciencia y
poner en movimiento mi cuerpo y circulación.
Primera botellita, solo una
botellita de plástico allí tirada. (Más plástico para el basurero del mundo,
pensé para mis adentros)
Ni diez pasos había caminado y…
bangandan (me gusta cómo suena esta palabra y me gusta usarla porque me
recuerda a mi padre) me encuentro con la segunda botellita. Pensé …wait a
minute! Será una señal que alguien deja para que sigan su rastro, como en
el cuento de Hanzel and Gretel, será que quiere ser encontrado?
Será solamente una persona que bebe
esto una tras otra, será un viejo desolado, será un joven, será un teenager que
está dando sus pininos en el alcohol?
Esta mañana en mi caminata mi vista
tropezó con esto, en otro sector de la ciudad
Y después encontré esto
Se me despertó la curiosidad y
busque en el internet el nombre de esa botellita, es un “whiskey de
canela”. El cual no sabía que existía y según datos sacados del
internet este licor esta entre los más vendidos Estados Unidos.
Que motiva? Que lleva a una persona a zamparse una
botella de licor y diez pasos más allá desembolsillar otra y mandársela? …odio
a sí mismo, decepción, vicio? Desamor? Tristeza? Soledad? Baja auto estima?
Excusas…
Excusas…
Cobardia! No enfrentar la realidad,
no mirarla a los ojos, quedarse oculto
en la sombra, dejar que el victimismo tome tu alma y tu cuerpo.
Maria Elena Orellana