Así como lo dice el tango!
Después de una caminata por el parque, una vuelta al
lago… exhausta, casi sin aire y sin energía, ( es que este sol de verano pega
tan fuerte!) de regreso a casa disfrutando los jardines de mi vecindario, veo
unos que tienen unas plantas tan hermosas, jardines tan bien cuidados a los que
se nota que les dedican cuidado y tiempo.
Hay otros que la maleza casi cubre la casa y con
Alonso, tenemos la broma de ir adivinando al juzgar por los jardines si quien vive en
esa cas es dueño o renta. A veces
yo tejo historias y digo No aquí vive un dueño, pero sus hijos ya se fueron
todos de casa y es gente mayor que no
tiene la energía de cuidar ni podar su jardín.
Otras veces pienso que ha sido una propiedad heredada
y que el joven que vive allí, trabaja todo el día y no llega sino hasta la
noche y los fines de semana lo que menos
le interesa es cuidar su jardín.
También tejo la historia que el trabajo de jardinería
es caro y no puede costearlo.
Hoy tuve la satisfacción de encontrarme con este “jardín”
y lo que vino a mi mente fue la letra de
un tango que decía:
“Y mañana cuando seas descolado mueble viejo
Y no tengas esperanzas en tu pobre corazón;
Si precisas una ayuda, si te hace falta un consejo,
Acordate de este amigo que ha de jugarse el pellejo
p'ayudarte en lo que pueda, cuando sea la ocasión.”
Al verlo creo que tuvo su época de gloria, alegró
reuniones familiares y fue el centro de atención y la gente se reía y cantaba a
su alrededor en cumpleaños, cenas de
Thanksgivig, con olor a “apple pie” y pavo en el horno; Navidad, de niños felices corriendo y riendo
esperando por los regalos de Santa y de los abuelos. Easter, y su alegre
recogida de huevos escondidos por el jardín, entre los árboles y flores.
Pero ya eso es pasado, la gente que quedó viviendo
allí, quedó tan sola, ya no hay quien
toque el piano y quien de alegría a esta casa.
Solo vive porque está vivo. Y las flores son lo que
quedan de un pasado luminoso que intenta regresar cada verano y solo viven en
los recuerdos de un viejo solitario.
María Elena Orellana
Maggy