Al decidirnos a cruzar la calle, alguien llamó la atención de Alonso: “Oiga Amigo, le limpio los zapatos”
Los dos miramos al suelo ciertamente, todo el polvo de Guayaquil, estaba en sus zapatos y en mis pies, yo andaba con sandalias……
Alonso le respondió, si, seguro, mientras me decía cariño, es solo un minuto, y empezó el proceso de “lustrar los zapatos” y en mi mente…….se regreso la película de los sábados en la mañana, cuando el lustrabotas llegaba a casa, se sentaba en “el portal” con la hilera de zapatos que todos sacábamos (pero había que echarle un ojo, no sea que se vaya con nuestros zapatos) y empezaba su tarea de lustrar con latitas, ceras, franelas, frasquitos y cepillos que sacaba de una cajita de madera, tan bien organizada, que llevaba al hombro, llenando el ambiente de esos olores a cera y zapatos recién lustrados.
Pero… en ese momento algo no coincida con mi recuerdo… yo recordaba esa repetitiva escena del lustrabotas, en la calle o en las casas, pero quien estaba “lustrando” los zapatos de Alonso, no era un niño…..en Guayaquil, según yo recuerdo, duro como suena…. lustrabotas era oficio de niños, pero este “lustrabotas” era un adulto!
De alguna manera honrada hay que “ganarse la vida” y eso es lo que el hace.
Pero muy dentro de mí, pensé…. Demasiado mayor para ser “lustrabotas callejero” y demasiado joven para que ese sea el sustento de su familia y deseé que sea algo temporal y encuentre otra manera de “ganarse la vida honradamente”
Le pregunté si podía tomar una foto y con una gran sonrisa me dijo que si.
Una de las tantas estampas que tengo de mi querida Guayaquil!!!!!
Si escribiste sobre el Lustrabotas, por qué tu foto???
ReplyDeleteYo también recuerdo cuando limpiaban nuestros zapatos; pero eso fue antes de que comenzaran a vender los productos "griffin", con su aplicador... Claro que había mucha diferencia en el resultado final.
ReplyDeleteMireya
Estamos todos los presuntos implicados en las fotos, incluyendo los monumentos ;)
ReplyDeleteSolo faltan las iguanas.... pero no encuentro esa foto, cuando la encuentre la agrego.
Me hiciste recordar el "griffin"... era una maravilla para llegar con los zapatos tan brillantes al colegio!
ReplyDeleteTuve que retirar los fotos porque los monumentos no correspondiamos al Parque Seminario, sino al Parque Centenario.
ReplyDeleteCuando encuentre las fotos correctas, las agrego.
Si, el monumento en el Parque Seminario esta con ropa.
ReplyDeletetu escrito me dio un poco de tristesa pensar que ese oficio fue de ninos en algun momento en tu pais, pero como siempre disfrute mucho leyendolo, sigue cultivando este arte y nosotros disfruntandolo.
ReplyDeleteMartha
Estoy muy de acuerdo contigo María Elena, antes la mayoría eran niños que le daban la espalda a sus sueños por un futuro incierto, no jugaban con los demás niños por esa obligación de trabajar para costear sus necesidades. Ahora es un oficio, en muchos lugares hasta pagan un sindicato y trabajan de manera organizada, pereo cuando hay esa juventud, ese trabajo es temporal como tú misma dices en tu escrito, los demás son personas retiradas que lo hacen para balancear un poco los gastos con otra entrada de dinero a sus hogares, es una manera honrada y de gran admiración. Mis respetos.
ReplyDeleteIsis
los niños en Guayaquil cambiaron el cajón de lustrabotas por una botella con agua y detergente y te asedian en cada esquina de la ciudad para limpiarte el parabrisas, o tratar de sustraer lo que puedan en algún descuido del ocupante del vehículo, es una pena pero esa es la realidad de la niñez desvalida en mi país, lo que tu recuerdas mi amiga querida pasaron a ser recuerdos de nuestra infancia, junto con los afiladores de cuchillo, los que venden leche de chiva, las viudas de los años viejos y otros personajes que recorrían nuestras calles. Patricia Villacrés
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