Quiero escribir algo que
esta dando vuelta en mi cabeza, la dualidad… ese otro yo, que existe en cada
uno de nosotros… vamos a ver como transformo estos pensamientos y sentimientos
en palabras.
Creo que cada uno tiene
blanco y negro dentro de si, tienes coraje, furia, rabia, deseos de abofetear a
alguien, es que hay aquellas personas que despiertan tu lado oscuro, no todo el
tiempo se puede estar con la sonrisa a flor de piel y llevando en las manos el
símbolo de paz y amor; como fuertes y frágiles seres humanos que somos tenemos
muchas sensaciones y emociones, no solo buenas sensaciones.
Hay algo que detona ese
monstruo que hay en ti, yo me veo con largas garras dispuestas a dar un zarpazo,
el hocico chorreando baba, me identifico con el lobo de Gubbio del poema de Rubén
Darío sobre San Francisco y su enfrentamiento con el lobo feroz.
Creo que es normal que
sintamos el bien y el mal, la diferencia está en saber controlar esos sentimientos, a lo que voy es
al hecho que cada uno sepa que es capaz de defender su vida con garras
como un lobo o como cada uno vea su yo
salvaje. Y me alegra saber que puedo llegar a ser un lobo, que puedo ser capaz
de defenderme y sobrevivir.
El otro día, conversando con
una compañera de trabajo le comenté que bueno que es llegar a conocerse tan
bien uno, que pueda ver su lado oscuro y me sorprendió como ella levantó la voz
y me dijo a no María, eso sí que no! Yo no tengo lado oscuro, a lo cual me
sonreí con una amplia sonrisa y me dije para mí misma, gracias! me mostraste un
pedacito de sombra.
Esto es llegando a extremos,
pero también se ve a dualidad en pequeña
escala y me viene a la mente cada vez que voy cruzar la calle y quien va
manejando me hace con la mano que pase, pero la mueve tan rápidamente como
diciendo apúrate, apúrate, acompañado de un calificativo (gorda, vieja, lerda, etc.
etc.), y todos sabemos a lo que me refiero, vi el otro día un video de esto YouTube,
pero hoy no lo encontré
Este era un joven que
le cedía el paso a una mujer mayor y le sonreía y la señora empezó a
c cruzar la calle lentamente y el con la sonrisa en la boca pero susurraba… apúrate, apúrate
concha de tu….
(Un fragmento de San Francisco y el lobo de Gubbio )
Francisco de Asís se puso severo.
Se fue a la montaña a buscar al falso lobo carnicero. Y junto a su cueva halló a la alimaña. -- En nombre del Padre del sacro universo, conjúrote -dijo-, ¡oh lobo perverso!, a que me respondas: ¿Por qué has vuelto al mal? Contesta. Te escucho. Como en sorda lucha habló el animal, la boca espumosa y el ojo fatal: -- Hermano Francisco, no te acerques mucho. Yo estaba tranquilo allá, en el convento; al pueblo salía y si algo me daban estaba contento y manso comía. Más empecé a ver que en todas las casas estaba la Envidia, la Saña, la Ira, y en todos los rostros ardían las brasas de odio, de lujuria, de infamia y mentira. Hermanos a hermanos hacían la guerra, perdían los débiles, ganaban los malos, hembra y macho eran como perro y perra, y un buen día todos me dieron de palos. Me vieron humilde, lamía las manos y los pies. Seguí tus sagradas leyes, todas las criaturas eran mis hermanos: los hermanos hombres, los hermanos bueyes, hermanas estrellas y hermanos gusanos. Y así me apalearon y me echaron fuera, y su risa fue como un agua hirviente, y entre mis entrañas revivió la fiera, y me sentí lobo malo de repente, más siempre mejor que esa mala gente. |
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Maggy
María Elena
me pareció, interesante, lo blanco y lo oscuro de cada ser humano, es que al fin y al cabo somo humanos, saludos
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